Quilaqueo Primero
Ahí va Anselmo, se va algo encorvado, algo ausente, algo ebrio, algo apurado, apuntalado con mordida poesía, camina sin caminos a Penjamo. De talante araucano, estaba mapuche sobre la tierra, con algebras en la escuela, y con los comunistas enamorando quimeras. En mapudunhun le contaron a los oídos, de la pena gruesa de su pueblo telúrico, de la furia de los Malones, arremetiendo contra los Dioses sadomasoquistas. Que pájaro tan pedestre, hombre pozo profundo, entre guitarras y vino, y mujeres se desenvolvía, con absurdos gracias a la vida, se emocionaba infinitamente de la vida absurda. Chillan te puso viejo con sus temblores, en las fronteras de Luís Araneda, se hizo solo lo ordinario, con tu Orodila opaca y quejosa. Hermoso con su espíritu de longaniza, se durmió de a poco en el olvido y no hubo gallo que te despertara, y si hubo tus hijas emplumadas, volando con tus alas, y si era la vida carbonizando los huesos, con las astillas irremediables de los inviernos. En bolas, te vi en