La perro martillo y tabla, un ajedrez de cosas cuarteadas, vais llegando a Shiva por tus entrañas fermentadas. Y Brahma te espera con la cama lista y recién creada, Cantor sacando las lóbregas cuentas en una barriada rusa, un infinito mas un infinito, dos infinitos de infinito infinito. Pusiste sanguinolenta a Irlanda y Escocia, perro hacha cabeza Cromwell, sin detenerse(nunca) la tragedia hecha pampa, puso sanguinolentos los tobillos de América, a golpes de Rocas la nación mapuche, y los magníficos tehuelches enroscados en el viento, se dijeron con palabras extrañas, como se mueren los nuestros, y Vishnú nos llama a la calma, a asumir la fragilidad de la temporalidad humana. Trimurti, trinidad, todos los reinos en función en la misma casa. (esto se lee en naranja hasta el bermellón vino) Nosotros, perro, erial, destino, (una tonalidad azulada impera ahora) acaecemos sobre las cosas, sin palabras, labiles testigos. No una ciclópea mano suprahumana nos