Los libres

("...para ser libre morir no alcanza..." Jose Larralde)
Corazones a la intemperie,
espíritus abrigados,
nadie hereda las rebeliones
son conquistas son batallas,
son jornadas férreas,
que duran la vida entera y una muerte y media.

Eternos peregrinos del destierro,
ahorcados en las nubes tienen en los sueños,
no poseen verdades solo mentiras bien convencidas,
no son buenos padres ni buenos hijos,
no caen bien a la usanza de los tiempos
y la historia acostada en los manuales
a regañadientes habla de ellos.

Ignoran la mesura de ser visitas,
solo saben fundar y lo hacen a borbotones,
desde el aurora hasta el ocaso
y desde el ocaso hasta el desvelo,
infectan de insomnio a los jefes y sus jefaturas,
no entienden ni un poco a las normas no las respetan,
salvo cuando lucen lencería erótica o se enrolan en guerrillas.

Ven el mundo real,
realmente como ellos quieren,
son blasfemos empedernidos,
están perdidamente enamorados de la vida,
odian que los ubiquen que los llenen de puntos cardinales,
hay un constante plan de fuga,
desde el paraíso hasta las tragedias griegas,
son estables comensales de la última cena
y como Judas solo desean una vida intensa.

Están,
solo están con su existencia,
y la defienden a ultranza,
aunque ganen o pierdan,
porque solo cuenta que son libres,
sobre la tierra, cuando están bajo ella,
cuando la sobrevuelan
cundo se levantan, cuando se acuestan,
cuando almuerzan, cuando cenan,
cuando están solos y lo sienten hasta los huesos,
cuando son solo un abrazo que los llena de alegrías inconmensurables,
cuando eligen las maneras de llegar a la tumba,
y cuando no hay manera de tumbarlos con sus instintos de saeta,
cuando aman infinitamente,
aunque dure un octavo de instante, aunque se parta la tierra,
cuando odian resueltamente la justicia ajena,
que los ajusticia por no calzarse la disciplina.

Y somos pocos,
porque cuesta mucho,
y ciertamente no tengo muchas razones para decir que soy libre,
pero lo soy amo profundamente serlo,
y me bandeo como el viento entre los cerros,
y siempre me abro paso,
y siempre me abro heridas,
y habito permanentemente el abismo,
y cada dos por tres me parto el hocico,
se me terminan las palabras
y no me quedan más que mis actos
para decir que soy libre,
y que ni la muerte alcanza.

Comentarios

Anselmo ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anselmo ha dicho que…
lo escribi en mis ultimos dias de estadia por el Alto Valle, tiene una melancolia y un gran deseo de seguir creyendo, aunque mas no sea en los propios actos.
Pablo_snm~El necio ha dicho que…
Leí un fragmento en una pared de mi barrio (Ezpeleta), lo fotografié y lo publiqué en mi muro de face para mis amigos. Hoy te leí completo hurgando en la web. Gracias!!

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